cc

Cultura

 
Música en un suspiro

Música en un suspiro

Brahams y la guerra de los románticos

MIGUEL ÁNGEL GARCÍA

“Si hay alguien aquí a quien no he insultado, le pido perdón”… Johannes Brahms y la Guerra de los Románticos. Hijo de Johann Jakob, Johannes Brahms vivió una niñez con muchas privaciones, pues era hijo de un músico que difícilmente se ganaba la vida tocando como trompetista en bandas militares y tabernas.

Desde temprana edad mostró facultades para la música, lo cual alegró de sobremanera a su progenitor. Ésta no era exactamente una buena noticia para el niño, pues su padre lo obligó a tocar el piano y el violín en burdeles y bares para que se ganara la vida.

Había, sin embargo, algo que molestaba especialmente a su padre, y es que Johannes Brahms se sentía profundamente llamado a lo composición, actividad que no representaba un futuro halagüeño desde el punto de vista económico.

Como pudo dedicó buena parte de su tiempo a componer hasta que un día supo que el gran Robert Schumann visitaría Hamburgo. Delicadamente empacó algunas de sus creaciones y se las hizo llegar.

Aquí vino la primera de muchas decepciones que tendría en su vida. Schumann regresó el paquete sin abrirlo siquiera. A pesar de ese duro golpe, Brahms continuaba componiendo y dando conciertos.

Conoció al violinista virtuoso Reményi quien a su vez lo introduciría al gremio de grandes artistas de la talla de Joseph Joachim y Franz Liszt. Brahms se dio cuenta que la música que se estaba generando en ese momento, principalmente inspirada por Berlioz, Liszt y Wagner, buscaba ante todo el éxtasis y la catarsis a través de la exaltación de los sentimientos.

La música debía exacerbar las emociones humanas y llevarlas al extremo. Brahms no estaba de acuerdo, pues si bien la música debe ser un medio para la expresión emocional, debe tener también una dosis de equilibrio estructural y mesura apolínea. La Guerra de los Románticos estaba por iniciar, sin embargo, Brahms no era “nadie” aún.

Así las cosas, el virtuoso violinista Joseph Joachim instó una vez más a Brahms a acercarse a Schumann. Después de una primera negativa, Johannes aceptó y tímidamente tocó su sonata en Do menor ante Robert y Clara Schumann. Éstos quedaron sorprendidos y maravillados. Desgraciadamente Schumann moriría un año más tarde, dejando a Clara en una posición difícil, pues la historia estaría llena de dimes y diretes sobre la posible relación amorosa de ésta con el joven hamburgués.

Brahms fue reconocido como el Mesías de la Música que enfrentaría a los falsos dioses, a saber, Wagner y Liszt. La Guerra estaba declarada. En pleno terreno del bando wagneriano, es decir en la Gewandhaus de Leipzig, Brahms interpreta su concierto para piano no 1 en Re menor. NADIE aplaudió.

Brahms luchaba por regresar a la “música pura” de Mozart y Beethoven, criticando a la nueva escuela alemana tildándola de arrogante y malévola. A pesar de que la redacción de manifiestos con críticas directas “a los malos”, la mejor arma de Brahms fue su música siempre elegante y clásica.Brahms terminará cambiando su residencia a Viena donde aún existían oídos para armonías tradicionales. La Guerra terminó en un salomónico empate, donde cada bando se declaró vencedor.

A edad de 64 años, en marzo de 1897, Brahms era testigo de cómo el público aclamó su 4ª Sinfonía en Viena. Esa sería su última y grandiosa ovación, pues el maestro fallecería en abril, dejando un legado musical enmarcado en el más delicado equilibrio entre la pasión dionisíaca y la razón apolínea… por ello llama poderosamente la atención la elegancia de su… “agresión”: “Si hay alguien aquí a quien no he insultado, le pido perdón”.

Escrito en: Música en un suspiro Brahms, pues, Johannes, Guerra

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Cultura

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas